Porque me inspiran
tus ojos, soñolientos,
nacen mis versos.
Y te los brindo,
no quiero que se pierdan
como mis besos.
Pero no temas,
no lloren tus pupilas,
encantadoras.
Porque tu risa
aflora entre tus labios,
yo soy feliz.
Y es que tu risa
anima a mi alegría
que está escondida.
Y la comparto,
contigo, si me dejas,
pues será tuya.
Porque te veo
tan cerca, y a mi lado,
que así suspiro.
Y este suspiro
se encarna en un latido
incontrolado.
Quiero tus ojos,
tu risa y tu figura,
¡te quiero a ti!
Rafael Sánchez Ortega ©
14/05/22
Bellísimo... como siempre lo es tu poesía. ❤🙌
ResponderEliminarMe alegro de que te guste, Galilea.
EliminarUn abrazo.
Preciosa declaración, amigo Rafael.
ResponderEliminarMil besitos en la tarde.
Gracias Auroratris.
EliminarUn abrazo.
La mirada sigue siendo la puerta del alma... Hermoso poema Rafa
ResponderEliminarGracias Demian.
EliminarUn saludo.
La inspiración del poeta puede de venir de infinidad de sitios, lugares o circunstancias, en este caso una mirada y una sonrisa es la fuente de ello. Un abrazo y muy feliz tarde.
ResponderEliminarCierto Campirela, es como dices.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Parabéns, poeta pela linda poesia de amor, gostei muito. Estou te seguindo e te convido para conhecer e seguir o meu blog, abraços ;) https://botecodasletras2.blogspot.com/
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario Jeanne,
EliminarUn saludo.
Las miradas que nos inspiran, qué compañía tan sólida.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo.