Un libro viejo,
cansado y soñoliento,
tengo en las manos.
No te sonrías,
el libro está cansado,
te lo aseguro.
Y es que los años
de ser mi compañero
son unos cuantos.
Por eso aguanta,
soporta tempestades
y malhumores.
Algunas veces
se queda adormilado
durante un tiempo.
Es cuando marcho,
camino sin destino
y tengo prisa.
Pero, paciente,
espera mi regreso
con sus poemas.
Versos y besos
trazados por autores
que yo hago míos.
Y envejecemos,
el libro y el que escribe,
pero no importa.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/05/22
Hay libros que nos acompañarán siempre. Poemas tatuados en la memoria que, más de una vez recitamos a solas.
ResponderEliminarUn emotivo elogio a un gran compañero: el libro.
Un abrazo.
Gracias por tu comentario Fany.
EliminarUn abrazo.
Una belleza. hay libros que nos acompañan por años y que cada tanto renovamos en la lectura, son para de nuestra vida.
ResponderEliminarmariarosa
Todos tenemos algún libro que nos ha dejado esa huella, María Rosa.
EliminarUn abrazo y gracias.
Asi es, vamos envejeciendo y los libros con nosotros, ellos nos acompañan.
ResponderEliminarUn abrazo en la tarde, amigo Rafael
Pd. Llevo dias sin poder comentar, hoy llevo varios intentos, a ver si por fin se publica.
Gracias por tus comentarios María, y sí, han estado los Blogs "algo tontos" con los comentarios.
EliminarUn abrazo.
Hay libros que nos esperan una y otra vez.
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto Maripau.
EliminarUn abrazo.
Ese libro tiene que tener oro puro dentro de él. La imagen que nos dejas me ha llegado al alma, me encanta , es una pequeñita mujer ajja. Un abrazo y feliz noche.
ResponderEliminarSí, Campirela, quizás es la imagen de la infancia...
EliminarUn abrazo en la noche.
los libros envejecen como nosotros, nostalgia, reflexivos haikus, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo.