No ves el cielo
que asoma a tus pupilas
semicerradas.
Él se despierta
y viene con el alba
a tu ventana.
Pero tus ojos
un tanto soñolientos
solo sonríen.
Te pesa el cuerpo,
no quieres despertarte
y sí dormir.
Una campana
resuena en la distancia
y da las horas.
Ya son las siete.
El gallo se despierta
y está cantando.
Insatisfecha,
mascullas un "lo siento"
y te levantas.
Das unos pasos,
te acercas al espejo
y ves tu rostro.
En él divisas
la linda mariposa
que te sonríe.
Y tú suspiras,
comprendes que la vida
te da otro día.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/05/22
Ese gallo que canta a las siete te recuerda que la vida te ha concedido el gran regalo de darte un día más.
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto Maripay, es como dices.
EliminarUn abrazo y gracias.
A veces no se ve cielo, pero siempre nos levantamos, siempre un comienzo, hermosos haikus, un abrazo Rafael desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo en la noche.
Esa es la vida asomar la cara por la ventana y ver un nuevo día.Muy buenas noches
ResponderEliminarCierto, Campirela, gracias.
EliminarUn abrazo y feliz noche.
Bonito despertar hay en tus versos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Rafael.
EliminarUn abrazo.
Tal cual amigo, cada día nos regala 1440 minutos para seguir viviendo, agradeciendo y creando oportunidades de crecimiento.
ResponderEliminarLinda Inspiración que regala energía al corazón. Un abrazo. Paty
Así es, querida amiga, tal y como dices.
EliminarUn abrazo y feliz día Paty.
Y qué poco conscientes somos de que cada día es una oportunidad.
ResponderEliminarQue bien que al mirarse en el espejo, lo supo.
Abrazo, Rafael.
Cierto Verónica, así es.
EliminarAbrazo.