Viejo navío
que esperas en la rampa
al calafate.
¡Cuánto salitre
contienen tus amuras
de tanto viaje!
Surcaste mares,
océanos sin nombre
y otros sonados.
Tus marineros,
viajaron en el tiempo
y hasta soñaron.
Era su vida,
el fruto y el trabajo
desde cubierta.
Así, la pesca,
llenaba sus alforjas
para vivir.
Poco duraban
los cuartos que, decían,
con sus palabras.
La tibia pipa
saciaba su petaca
casi pelada.
¡Ay viejo barco,
que aguardas renqueante,
alza tus velas!
Rafael Sánchez Ortega ©
17/05/22
Hermosos versos ❤
ResponderEliminarGracias Galilea.
EliminarUn abrazo.
Versos que nos enseñan un poco más el trabajo del marinero , y su soledad. Un abrazo Rafael.
ResponderEliminarGracias por tus palabras Campirela.
EliminarUn abrazo.
Cuando los reparan, nos cuentan sus historias y cicatrices.
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto Maripau.
EliminarUn abrazo.
Ese viejo navío guarda el espíritu y sueños de todos sus marineros, Rafael...Una preciosidad, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz día, poeta.
Gracias María Jesús.
EliminarUn abrazo.