Aguanta un poco,
el puerto está muy cerca
y nos esperan.
Así decía
la voz y la conciencia
de aquel marino.
Y con paciencia,
las manos en los remos
iba bogando.
Se ven las luces
del muelle, y la nevera,
ya está a la vuelta.
Él se animaba
oyendo a la conciencia
en un susurro.
La proa firme
buscaba ese refugio
del vendaval.
Atrás quedaban
el mar con sus peligros
y la galerna.
Las cañas rotas,
palangres destrozados
y algunas lágrimas.
Ya falta poco,
decía su conciencia
¡y era verdad!
Rafael Sánchez Ortega ©
31/05/22
Viéndose el muelle cercano, ya sólo falta aguantar un poquito más.
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto Maripau.
EliminarUn abrazo.
Bonito poema de marinos y la mar..Cuanto inspira cuando estas frente a esa olas y su azul resplandeciente Un abrazo nocturno.
ResponderEliminarCierto Campirela, así es.
EliminarUn abrazo.
Ese mar y esa barca, símbolo de la vida...Cada día es una aventura, que hemos de librar con las circunstancias, hasta llegar a la paz y la calma del puerto.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz semana, Rafael.
Gracias por tus palabras, María Jesús.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
Ánimo hasta el final... 👏👏👏
ResponderEliminarGracias Galilea.
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