La escuela blanca
estaba en la colina,
y la recuerdo.
Con sus ventanas
abiertas en otoño
y en primavera.
Las escaleras
llevaban a las aulas
y a los pupitres.
Veo los libros,
las mesas y pizarras
que nos unían.
Allí aprendimos
las reglas y nociones
elementales.
Hay una nota
nostálgica, en mi pecho,
cuando lo pienso.
Días de lluvia,
de viento y de granizo,
y otros de sol.
Días de llanto
deseos reprimidos,
bajo las nubes.
Tú lo sabías
y todo soportaste,
mi vieja escuela.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/05/22
Recuerdos de tiza y pizarra. Un abrazo
ResponderEliminarAsí es, Maripau.
EliminarUn abrazo.
Que bonito poema. Las escuelas de la niñez quedan en nuestra memoria con sus imágenes queridas y nos siguen emocionando.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias María Rosa, son bellos recuerdos que todos tenemos.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Dulces recuerdos amigo precioso, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo.