miércoles, 11 de mayo de 2022

5.080 - UN CASERÍO...



Un caserío

estaba abandonado

y solitario.


Cerca del bosque,

al lado de un gran río

que le besaba.


Allí nacieron

los niños del relato

que nos ocupan.


Y allí aprendieron

el habla de las aves

y el de los bosques.


El grave cuco,

los robles señoriales

y los castaños.


También las hayas

crecían en parcelas

junto a los pinos.


Cuervos y halcones, 

águilas y palomas,

todos charlaban.


De aquel jolgorio,

crecieron y aprendieron,

día tras día.


Luego crecieron,

marcharon por la vida

a la ciudad.


Pero, sin duda,

guardaron el recuerdo

del caserío.


Rafael Sánchez Ortega ©

11/05/22

6 comentarios:

  1. Abro con alegría los comentarios Rafael a estos versos de añoranzas de la tierra, el lugar donde aprendemos el lenguaje de los pájaros y los árboles ¡que bonito! me ha hecho soñar en un hermoso lugar
    Un abrazo

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    1. Gracias por ser la primera en venir a estos comentarios Carmen.
      Un abrazo en la tarde.

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  2. Que distinta es la vida de esos pequeños en plena naturaleza de los de una ciudad , un poema que inspira la vida en el campo.
    Rafael mira por favor en el spam debes tener comentarios del otra entrada . Un abrazo buen descanso.

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    1. Así es Campirela, tal y como dices.
      Un abrazo y feliz jueves.

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  3. Ese lugar de la infancia tan rico en aprendizajes...
    Maravilloso 👏🏼👏🏼

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