Somos de barro,
pequeñas marionetas
con corazón.
Y ese detalle
nos hace diferentes
y hasta distintos.
Por eso vamos
soñando y suspirando
de noche y día.
Somos estelas,
pequeñas mariposas
en un jardín.
Se llama vida
y tiene todo aquello
que precisamos.
Pero lo malo
destaca y nos ofrece
sus tentaciones.
Soberbia, usura,
envidias y egoísmos,
son una muestra.
También hay celos,
deseos tortuosos
y odios sin nombre.
¡Cuánto dolor
existe sin motivo
en vez de amor...!
Rafael Sánchez Ortega ©
16/02/22
Dolor la noche, Amor el día...parece ser que siempre van juntos, las dos caras de la moneda.
ResponderEliminarFeliz día.
Gracias Carmen.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Que razón que tienes... Tanto dolor sin necesidad alguna
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario, Malindha.
EliminarSaludos.
Si nos ponemos a pensar con detenimiento deberíamos dejar de lado los malos rollos y ser mejor personas. Cuanto mas ganaríamos. Un beso.
ResponderEliminarSin duda que sí, Campirela.
EliminarUn beso.
Todo eso somos Rafael y cosas aún peores si cabe. El ser humano pronto se olvida de que ha sido creado, sin derecho a disponer porque ya tiene su cometido en esta Tierra. Polvo somos y volveremos a ser ese mantillo de barro, mientras tanto dejemos algunas obras, si son buenas mejor, conjuntadas de paso con algún poema como éste tuyo. Un abrazo Rafael.
ResponderEliminarGracias por tus palabras Juan. Como bien dices no conviene olvidarnos de que somos así, humanos e imperfectos.
EliminarUn abrazo y feliz día.