Se estira el río
y avanza la corriente
hacia la mar.
Veo la vida
del hombre en esta escena
en su camino.
Viaja sin rumbo,
quizás sin darse cuenta
y sin destino.
Saltan los peces;
son truchas y salmones,
en los remansos.
Ellos no buscan
corrientes ni caminos,
viven del río.
Entre los juncos
se ven algunas ranas
tomando el sol.
Vuelves al río
y piensas en sus aguas:
¿de dónde vienen?
De las montañas,
te dices satisfecho,
que están cercanas.
¿Y tú, poeta,
que sabes tantas cosas,
a dónde vas?...
Rafael Sánchez Ortega ©
03/02/22
Yo solo sé que tu poema ha fluido como el río.
ResponderEliminarGracias por ello.
Abrazo, Rafael.
Me alegro de que lo veas así, Verónica.
EliminarAbrazo.
A veces la vida del hombre es como el río que va sin saber a dónde lo lleva la corriente, busca el mar (felicidad) y sigue...
ResponderEliminarMuy buena metafora de la vida y el río.
mariarosa
Gracias por detenerte en mis versos, María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Que buena comparativa el río con el camino del hombre en esta vida, la verdad que se parece hay que dejar correr el tiempo y caminar, por el ese camino encontraremos muchas personas y de ellas aprenderemos. Me gusto mucho. Si es que eres un poeta de la tierra y la naturaleza. Un besote.
ResponderEliminarGracias por ver todo lo que dices en estas letras, Campirela.
EliminarUn abrazo en la noche.
Así es Rafael, el río de la vida que nace en las montañas y por su cauce besa el mar.
ResponderEliminarLos poetas y muchos de nosotros conocemos bien al río Rafael. Tú que eres poeta también lo conoces muy bien por lo que observo en esos versos. Un abrazo amigo
Gracias Juan, y si, vivo en un lugar privilegiado y muy cerca de los Picos de Europa, así que ya te puedes imaginar.
EliminarUn abrazo y feliz día.