En una fuente
estaban dos palomas
coqueteando.
Tú las mirabas,
un tanto sonriente,
y sorprendida.
Bonita escena,
pensabas y decías
entre suspiros.
En ese instante
dos nubes avanzaron
dejando lluvia.
Agua en la fuente
y lluvia de los cielos
para la tierra.
Tú das las gracias
y sientes la caricia
por el regalo.
Fue en un instante
y el agua de la lluvia
te bautizó.
Y sonrieron
tus labios de cristal
como una niña.
Fuente serena,
que alivias a los hombres
y a las palomas.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/01/22
Bonita escena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mucha ternura en estos versos e imagen.
ResponderEliminarFeliz noche. Un abrazo
Gracias Carmen.
EliminarUn abrazo y feliz viernes.
Leer tu poema es visualizar la escena. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias sinceras Campirela.
EliminarUn abrazo.
Cuántos recuerdoa Rafael, cuando el agua de lluvia con ternura, linpiaba todavía más la inocencia de aquellos años benditos. Y las palomas en su encanto también se bautizaban. Un tierno poema. Un abrazo
ResponderEliminarMe alegro de que te lleve a esos momentos estas letras, Juan.
EliminarUn abrazo.
He estado observando la escena desde tus versos.
ResponderEliminarY la lluvia me ha alegrado.
Abrazo, Rafael.
Me alegra de que así sea, Verónica.
EliminarAbrazo.