Te saludaron
los pájaros del parque
con devoción.
Tú sonreías,
quizás sin darte cuenta.
¡Eras feliz!
Y los gorriones
siguieron con su canto
tan matinal.
Tú proseguiste
la marcha hacia el trabajo
de cada día.
En la alameda
las horas transcurrían
muy lentamente.
Trinos y pasos
formaban un conjunto
sincronizado.
Luego, en la tarde,
venías ya de vuelta
para tu casa.
Y los gorriones
salieron a tu encuentro
a encandilarte.
Y entre sus trinos
te dieron el mensaje
que les dejé.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/01/22
Esos pájaros eran listos y sabios, sabían lo que tenían que hacer para eso tenían un buen instructor, ajajja. Un abrazo en esta noche de sábado.
ResponderEliminarGracias por tus palabras Campirela.
EliminarUn abrazo en la noche.
Cómplices del poeta, los gorriones, llevaron el mensaje a la dueña de sus sueños, que bonito poema. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por tus palabras María Rosa.
EliminarAbrazo.
Me encanta la imagen la de los gorriones saliendo a su paso para dar el mensaje.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
Gracias Verónica.
EliminarAbrazo.