Prosigue el sol
su lento recorrido
de cada día.
Él, con sus rayos
da vida y colorido
a nuestro entorno.
Rayos y besos,
caricias encubiertas
que agradecemos.
Y mientras tanto
el hielo se evapora
como el invierno.
Pasan las horas,
el sol no se detiene,
crecen los días.
Un raro invierno
se mezcla y se confunde
con nuestras vidas.
La vista ansía
el sol de primavera
y sus canciones.
El pecho gime
y vibran sus latidos
acelerados.
Nanas y besos
que escapen de sus rayos
hasta las almas.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/02/22
Me gusta mucho la imagen que has elegido, colorida y un corazón que nos alegra la tarde-noche. Bellas letras las tuyas.
ResponderEliminarFeliz ocaso del día!!
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz noche.