Guarda mis cosas
y déjalas que duerman
en tu regazo.
Porque esas cosas,
que fueron confidencias
están cansadas.
Quiero que tengan
descanso y dulces sueños
y poco más.
Fueron a ti
en ratos y en momentos
de gran angustia.
El alma llena,
el llanto en la pupila
y con dolor.
Fueron al puerto
que busca el navegante
como refugio.
Por eso, ahora,
te pido que recojas
estos retales.
Versos y besos
pedidos y buscados
con utopía.
Y tantos sueños
surgidos de una infancia
que ya acabó.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/01/22
Poemas que han de ser guardados bien, para la posteridad. Nunca se sabe quien los puede leer en un futuro, pero de momentos lo disfrutamos quien te leemos. Gracias Tafael.
ResponderEliminarGracias Campirela, me alegro de lo que dices.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz noche.