domingo, 20 de febrero de 2022

4.973 - LLORAN LOS ÁNGELES...



Lloran los ángeles,

ocultos tras las nubes,

y sin pañuelo.


Hoy están tristes

por culpa de los hombres

y de las guerras.


Hay muchos niños

que sufren y que pierden

con estos actos.


Tu piel es fina,

no aguantas a la vida,

dicen algunos.


Te falta altura,

los tiempos han cambiado,

musitan otros.


Todo es posible,

me digo en un aparte,

casi llorando.


Pero no puedo

mirar a las estrellas

sin ver su llanto.


Llanto de niños,

de tiernos querubines

en su inocencia.


Llanto de un alma

que vive y que proclama

la poesía.


Rafael Sánchez Ortega ©

01/02/22

7 comentarios:

  1. Realmente dan ganas de llorar viendo el mundo y las calamidades que actualmente destruyen la moral, pero a la vez, un mundo en crisis es un tiempo de grandes oportunidades, de cambios radicales, de un resurgir de hombres y mujeres apasionados que quieran lograr la reconstrucción de un mundo mejor, comprometido con la paz, con la justicia, con la salud integral y con el amor. A mí me parece que los niños y niñas de hoy serán esos hombres y mujeres, héroes del mayor de los cambios de la historia.

    Precioso poema para un tremendo tema amigo. Un abrazo para ti, ten un lindo día.

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    1. Gracias Paty, y es cierto de que todos queremos y deseamos un mundo mejor y más justo, pero...
      Un abrazo y feliz comienzo de semana.

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  2. Un poema que llega al corazón, las guerras, la violencia en que se vive nos amargan y no nos dejan disfrutar de la vida. Solo las cosas simples, como una flor o la caricia de un niño, nos alimentan.
    Buen domingo Rafael.

    mariarosa

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    1. Es que esas cosas simples son la esencia de la vida, María Rosa, como tú bien dices.
      Un abrazo y feliz semana.

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  3. Poema donde se reivindica la paz y felicidad sobre todo de los más pequeños. Abrazos y muy feliz noche.

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    1. Gracias por tus palabras Campirela.
      Un abrazo en la noche.

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  4. No hay nada peor que volverse insensible ante tanto dolor.
    Y que nada cambia, desgraciadamente.

    Abrazo, Rafael.

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