Tejas mojadas
por labios invisibles
de algunas nubes.
Cierro los ojos
y siento esas caricias
bajar del cielo.
Veo y contemplo
la lluvia deslizarse
por el tejado.
Lanzo un suspiro,
tratando de romper
la soledad.
Pero el silencio
es toda la respuesta
que vuelve a mi.
Tras la ventana
se queda mi silueta
hoy vacilante.
Sigo mirando
la lluvia, que acelera
más sus caricias.
Añoro el tiempo
pasado, bajo el cielo,
y con la lluvia.
Aquellos besos
reviven en la tarde
y arden mis labios.
Tanta ternura,
en ellos, compartimos,
que los preciso.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/01/22
La melancolía, protagonizada con gotas de agua que caen melódicas y suaves por la ventana de la vida... y del alma.
ResponderEliminarBello poema amigo, feliz día para ti, que nunca te falte el cariño. Paty
Gracias por tus palabras y deseos, Paty.
EliminarUn abrazo y feliz fin de semana, que tampoco te falte nunca el cariño y la amistad, querida amiga.
La lluvia es una especie de antesala a la melancolía y hacernos recordar tiempos pasados, pero vividos tal vez y añoramos esa lluvia que nos mojaba mientras paseábamos con alguien de la mano ..Que bonito . Besotes.
ResponderEliminarEs cierto, Campirela, la lluvia nos trae esos recuerdos a todos.
EliminarUn abrazo y feliz noche.
Hay días de lluvia en que todo se nos hace nostalgia.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
La lluvia y la nostalgia se dan la mano, Verónica.
EliminarAbrazo.