Campos nevados
despiertan con la aurora
tras noche y sombras.
Vino de pronto,
la nieve de los cielos,
sin avisar.
Y hasta la luna
lloró, desconsolada,
sobre las nubes.
Ella, en su jaula,
de alambres, invisible,
nos saludó.
Cerré los ojos.
surgió de mi un suspiro
y la abracé.
Vino la brisa
y ella secó las lágrimas
de mis mejillas.
El manto blanco,
echado está en el suelo
y le da vida.
La luna llora,
no tiene su vestido
de luz y nieve.
Pero los hombres,
ajenos a este llanto,
viven al día.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/02/22
No tenemos que vivir al día, día a día, ajenos al llanto.
ResponderEliminarBellos versos
Un abrazo
Gracias Carmen.
EliminarUn abrazo.
Preciosas las letras y divina la presentación. Un besote feliz noche.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz noche.
Los poetas siempre aman a Luna, por eso, si llora, abrazan su brillo y escriben un poema.
ResponderEliminarCampos nevados, Luna enjaulada. Hay imágenes sobrecogedoras.
Abrazo, Rafael.
Gracias Verónica.
EliminarUn abrazo.
La nieve siempre inspiradora cae en tus letras y nos moja a todos, llenándonos de paz y poesía, Rafael. Muy bello, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo.
Gracias María Jesús.
EliminarUn abrazo en la tarde.