Deja la lluvia
su beso en los cristales
muy dulcemente.
Gotas del cielo
cual lágrimas perdidas
de ojos llorosos.
Y yo las veo,
las siento y me estremezco,
¡quiero sus besos!
En estas gotas
hay versos de esperanzas
y de ilusiones.
Sueñan los hombres
con mundos imposibles,
igual que niños.
Besos y versos,
la lluvia nos regala
este concierto.
Pero la lluvia,
constante, nos redime
y nos transforma.
Quita caretas,
orgullos y cinismos
que están sobrando.
Nos deja aquí,
desnudos, como somos,
al natural.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/03/22
Por aquí llevamos dos días de lluvia, y aunque prefiero el buen tiempo no dejo de reconocer que es muy necesaria, que no nos falte, así como tus versos.
ResponderEliminarUn abrazo
El agua es necesaria Carmen, y llevábamos muchos, pero que muchos en día que el invierno parecía primavera.
EliminarUn abrazo y gracias.
Hoy llovió, y esas gotas que tú dices en tu poema, las vi correr en los cristales parecían hacer carreras, tal vez tenían prisa por regresar a su nube de papel. Un abrazo Rafael.
ResponderEliminarGracias por ver esas gotas, Campirela.
EliminarUn abrazo en la noche.
Hermosos versos ❤
ResponderEliminarGracias Galilea.
Eliminar¡Bendita lluvia! Rafael, barre la suciedad y alimenta con su esperanza y con su savia los campos de la Tierra. También nos limpia el rostro pero no consigue eliminar la maldad de este mundo.
ResponderEliminarBuen poema. Un abrazo poeta
A pesr de tanta necesidad me conformaría con que pudiera limpiar esa "maldad del mundo " que citas.
EliminarUn abrazo y gracias Juan.
La lluvia es vida, inspira poemas y nos redime, sí.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
Cierto Verónica.
EliminarAbrazo.