"Vamos, despacio,
camina lo que puedas,
pues llegarás".
Eran palabras
de amor y de cariño
para los hombres.
Y las decía
el viento enfurecido
de aquella tarde.
"Llega la noche,
y en ella, con sus sombras
estás seguro".
El hombre, ausente,
seguía caminando
en su destino.
Sangre en la tierra,
y el hielo en las entrañas
era su ajuar.
"No te preocupes,
decía su conciencia,
todo son sueños".
Pero su mente,
un tanto atropellada,
tenía miedo.
Miedo a los hombres
que mienten y enloquecen;
miedo a sí mismo.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/03/22
Lo importante es no parar, aunque sea a paso lento adelante.
ResponderEliminarBellos versos.
Un abrazo
Sí, Carmen, eso es lo importante.
EliminarUn abrazo.
miedo a si mismo... que triste suena, Rafael. La seguridad en nosotros mismos debería ser nuestra bandera, porque el miedo nos impide caminar, amigo.
ResponderEliminarFeliz tarde
Un abrazo
Fina
Cierto Fina, pero...
EliminarUn abrazo y gracias.
El miedo es un compañero que siempre nos acompaña, pero es también el que impulsa a los caminantes a seguir...
ResponderEliminarMuy bonito poema.
mariarosa
El miedo ha sido mi compañero en la montaña, María Rosa, pero fue bonita la experiencia.
EliminarUn abrazo y gracias.
El miedo y el respeto a las cosas siempre hay que tenerlo ello nos hace ser más precavidos , aunque hay edades donde ser precavidos no entra en nuestro vocabulario. Un abrazo.
ResponderEliminarAsí es, Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz noche.
La vida es una auténtica aventura, que nos inspira muchas cosas. Ese miedo es humano y nos hace ir despacio en el camino. La prudencia es necesaria y debemos estar siempre atentos, Rafael. Muy bello, amigo
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y feliz noche.
Gracias por tus palabras, María Jesús.
EliminarUn abrazo.
La situación bélica hace que uno se anime a sí mismo a salir, a huir.
ResponderEliminarBuenos versos. Un abrazo
Sí, Maripau, es inevitable.
EliminarUn abrazo y gracias.
Qué importante es permitirse escuchar la voz sabia que nos guía.
ResponderEliminarDe miedos, incluso a nosotros mismos, estamos hechos.
Abrazo, Rafael.
Así es Verónica.
EliminarUn abrazo.