Ojos de niños,
azules y castaños,
cautivadores.
Labios de nácar,
sonrisas infantiles
que tanto dicen.
Manos de seda
que buscan en el aire
mil mariposas.
Niños, en suma,
que son el fiel preludio
de nuestras vidas.
Quiero a esos niños
y exijo se respeten
y se defiendan.
Porque los niños,
nos dejan su inocencia.
Algo sin precio.
A los que nublan
los ojos de los niños,
¡mi maldición!
A los que asustan
con miedos a sus labios
¡mi maldición!
A los que rompen
la magia de los niños:
¡mi maldición!
Rafael Sánchez Ortega ©
26/02/22
No hay nada más bello y tierno que los ojos de un niño.
ResponderEliminarUna mirada que atrapa el corazón, lo derrite.
Bellos versos.
Feliz fin de semana. Un abrazo
Así es Carmen.
EliminarUn abrazo y gracias. Feliz finde.
Los niños so la inocencia aun no han conocido la maldad
ResponderEliminarluego son la speranza de eeste mundo loco
asi como tu otro poema
La guerra la maldad, de que sirve?...
cuando deberiamos ir todos en un mismo camino
esos ojos de la infancia es esa luz que deberiamos tomar
Un abrazo y que estes bien
Gracias por tus palabras tan sinceras y reales Cora.
EliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Si los niños son los mas castigados no entienden nada y sufren mucho, precioso y entrañable, es una llamada de auxilio, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo.
Ternura total, bella la imagen y lindas tus letras.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz domingo.