Las margaritas
nos dejan sus sonrisas
en estos días.
Ellas se apuntan
al baile y la jarana
de la estación.
La primavera
obtiene este milagro
para los ojos.
Yo lo contemplo
y pienso en un poema
de la niñez.
Aquellos versos
que dedos infantiles
imaginaron.
Alguna vez
han vuelto sus recuerdos
a mi memoria.
Viene su nombre
igual que una plegaria
hasta mis labios.
Cierro los ojos
y luego me estremezco
con un suspiro.
¡Cuánta belleza,
del mar y Margarita,
de aquel poema!
Rafael Sánchez Ortega ©
27/03/22
Bienvenidas las margaritas y en menos que canta un gallo vendrán las amapolas y esto será el jardín del Edén. Un abrazo y feliz noche.
ResponderEliminarSeguro que sí, Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz noche.
Todo un homenaje a las flores más sencillas y humildes de la naturaleza. Ellas nos dan ejemplo de belleza y entrega, siempre llegan prestas en primavera, Rafael.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y feliz última semana de marzo, amigo.
Gracias María Jesús por tus palabras.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
Bellas flores que alegran tus días. Un abrazo rafael.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
Por esas flores humildes, alegrando las miradas.
ResponderEliminarUn abrazo
Por esas flores, Maripau.
EliminarUn abrazo.
Genuinas las margaritas, esas flores silvestres que mueren y renacen ante las inclemencias del tiempo.
ResponderEliminarFeliz semana Rafael.
Gracias Carmen.
EliminarUn abrazo.
Regresar a la niñez es, muchas veces, ese cielo en el que coger impulso para volar… y florecer de nuevo…
ResponderEliminarHermoso y evocador, querido amigo.
Abrazo grande, y feliz semana 💙
Gracias por tus palabras Ginebra.
EliminarUn abrazo y feliz semana.