martes, 16 de agosto de 2011

AUNQUE LOS VIENTOS DEL NORTE...


Aunque los vientos del norte
sellen la voz de mi lengua,
no lograrán que la pluma
deje sin voz a mis letras.

Porque los vientos helados
clavan su brisa en la tierra,
son como agudos puñales
que a todo el mundo atraviesan.

Pero la pluma que tengo
nada ni nadie doblega,
ella responde a mi mano
para escribir sin reservas.

Para escribir que yo existo,
entre pobreza y miseria,
entre las rosas y nardos,
entre luceros y estrellas.

Porque la vida se vive
sólo una vez y no hay vuelta,
aunque se llore y se ría
entre la risa y la pena.

Vendrán los vientos del norte
y saciarán las praderas,
con tantos besos sin nombre
que el mismo viento los hiela.

Porque los vientos son dardos
del aguijón de galernas,
es esa lengua que baja
desde los cielos con fuerza.

Para agobiar a los hombres
y estremecer sus conciencias,
mientras los miedos y dudas
hacen que cierren sus puertas.

Cierran los hombres las almas,
brotan las lágrimas frescas,
hay un dolor en el pecho
y hasta la sangre se altera.

Es el dolor de los seres,
el de las almas inquietas,
el de los hombres que sufren
y el de los niños que sueñan.

"...Aunque los vientos del norte
traigan dolor y tragedia,
no lograrán que me calle
ni que mi voz esté muerta..."

Rafael Sánchez Ortega ©
16/08/11

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