I
Es mucho lo que el hombre desespera
por causa de un amor tan despechado,
a veces él se ahoga en esa espera
y muere sin hallar al ser amado.
Yo veo los mendigos en la acera
y pienso en el amante que angustiado,
no tiene más visión que su ceguera
y un mundo muy sombrío en su costado.
A veces caminamos por la vida
buscando con pasión el fiel latido.
A veces recibimos una herida
por culpa de querer sin ser querido.
A veces hasta el alma está dormida
y el pecho desgarrado y dolorido.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/08/11
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