(Unos versos de Angeles Conde
inspiraron este poema.)
Recorrerán mis dedos tu vestido
y buscarán tu seno irreverente,
yo sentiré mi cuerpo estremecido
y una locura ardiendo por mi frente.
Compartiré contigo mi alegría
en el placer que nace y me estremece,
esa pasión que surge día a día
y que a tu lado aflora y adormece.
Porque al final seremos prisioneros
de ese volcán ardiente que dormita,
uniendo nuestros sueños tan viajeros
en el sexo y en la lava de la ermita.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/08/11
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