jueves, 18 de agosto de 2011

¿POR QUÉ DUERME LA LAGUNA...?


¿Por qué duerme la laguna
mientras las sombras avanzan?,
¿Por qué no atiende mis ruegos
mientras contemplo sus aguas...?

Una noche y otra noche
estas preguntas lanzaba,
a las aguas que dormían
entre reflejos de plata.

Y lo hacía aquel poeta,
el de cara fatigada,
paseando por la orilla
de las aguas que soñaban.

La laguna soñolienta
respondía sin palabras,
y dejaba mil recuerdos
en su pecho y en su alma.

La laguna con su embrujo
daba sombras encantadas,
que la luna y las estrellas
se encargaban de ampliarlas.

Sombra negra, sombra oscura,
sombra que estás embrujada,
no me dejes ni te duermas
porque quiero ver tu cara.

Porque quiero en esta noche
la caricia de sus aguas,
con el beso apasionado
de la sangre apasionada.

Es la sangre ese silencio,
es un grito en las entrañas,
es el agua de la vida
que los labios ya reclaman.

Y por eso las preguntas
una noche más que pasa,
y por eso los silencios
sin respuestas y sin nada.

Una estrella cruza el cielo
con su estela y su esperanza,
y las aguas se estremecen
porque sienten su mirada.

Tiene vida la laguna,
piensa el poeta que calla,
tiene vida y tiene sueño
aunque esté quieta y sin habla.

Rafael Sánchez Ortega ©
18/08/11

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