Corre el agua bajo el puente
río abajo hacia los mares,
lleva el canto de las piedras
y con ellas sus verdades.
Unas gotas de rocío
van también en ese viaje
y se funden con el río
en abrazo interminable.
Yo le miro hoy al río
y le pido lo que sabe
que me diga sin palabras
lo que gritan los canales.
Porque nieva en las montañas
y hay helada en los embalses,
y una niebla se aglutina
en el fondo de los valles.
Más la niebla que yo temo
está quieta, en los zarzales,
con espinas que se clavan
en el pecho y en la carne.
Miro al río y me estremezco,
ya no quiero ver la imagen
de ese cuadro tan precioso
que dormita por la tarde.
Hoy el río me sonríe
en su eterno y largo viaje,
va deprisa, va corriendo,
va hacia el mar en un instante.
Es un rezo y letanía,
un rumor sin un lenguaje,
es un canto en que se mezclan
la alegría y las saudades.
¡Corre, corre!, yo le digo,
busca pronto el oleaje,
el salitre y las sirenas
y también a los corales.
Que te esperan, no lo dudes,
unas redes y palangres,
el abrazo de una ría
que ya quiere ser tu amante.
"...Corre el agua bajo el puente
limpia y pura y a raudales,
y es el río el que dormita
en un sueño de romances..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/01/12
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