I
Ven conmigo a los caminos
buen amigo y caminante,
sentirás lo que yo siento
y hasta el canto de las aves.
Sentirás que polvo has sido
y del polvo te formaste,
peregrino de la vida
ayer niño y ahora grande.
Hoy el hombre se despierta
entre dudas y verdades
de ese polvo del camino
que amenaza con ahogarle.
II
Pero el polvo que sacude
y levanta tu calzado,
ha venido con el viento
desde sitios muy lejanos.
Quizás llega de Castilla
de trigales muy dorados,
al quitarles las espigas
campesinos con sus manos.
Quizás viene de las huertas,
de albuferas y naranjos,
soportando las heladas
los granizos y hasta el barro.
...Ven conmigo tras mis huellas
y verás el polvo extraño,
que se pierde en lontananza
como un cuento que he soñado.
Ese cuento son fragmentos,
fantasías de un mal trago,
no te pierdas en las mismas
y recuerda que es pasado.
III
Pero el polvo vuelve al polvo,
nunca olvides el balance ,
y si entonces lo comprendes
serás hombre y buen amante.
Andarás por los senderos
con valor y con coraje,
tras las huellas precursoras
de otros mundos más reales.
Es posible que muy cerca
esté el rostro que soñaste
esperando que tu llegues
a su lado, para amarte.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/01/12
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