III
Entonces corazón lucha sin miedo,
y lucha desde el alba al mediodía,
recuerda que a tu lado yo me quedo
tratando de enviarte mi alegría.
Despeja tu embriaguez, me importa un bledo,
yo quiero que termine esta agonía,
me importas corazón, y eres mi credo,
y rezo por amarte en este día.
Las horas, los minutos, los segundos,
los quiero detener para abrazarte.
Los quiero compartir siempre contigo
viviendo los momentos más profundos.
Es hora de sentirte y de velarte,
hermoso corazón, por ser mi amigo.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/01/12
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