I
Has estado tan cerca de mi vida
que no puedes siquiera imaginarlo.
Me curaste y vendaste aquella herida
y a tu lado yo pude superarlo.
Compartiste conmigo la bebida
y hasta el beso, pues supe combrobarlo,
y me diste despacio la comida
y también tu cariño para amarlo.
Pero ahora me evitas y rehuyes
y hasta cambias de acera indiferente.
Yo no sé que ha pasado en estas fechas
ni tampoco por qué te disminuyes.
Has estado y estás, siempre presente,
en la diana y el centro de mis flechas.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/01/12
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