Desde la ventana
contemplo la luna,
con cara muy seria
y en ella una arruga.
La miro y remiro,
su ceño me abruma,
la hablo despacio
y pido su ayuda.
"No tengo secretos",
mi lengua murmura,
"tú habla y te escucho",
la luna susurra.
Más quedo en silencio
con esta locura,
yo hablo a los cielos,
la luna me escucha.
Desde la ventana
se escucha la bulla,
el baile comienza
las olas disfrutan.
La luna de plata
se mece en la cuna,
y baila muy lento
el vals que le gusta.
Ya suenan los remos
de rudas chalupas,
y vuelven marinos
con una disculpa.
La pesca no viene
tan solo la espuma,
y llega la cesta
vacía y difusa.
Desde la ventana
distingo la lluvia,
con gotas tan finas
que son de garúa.
Quizás es el llanto
que entona la musa,
la luna del cielo
sin causa ninguna.
Te buscan mis manos,
¡Oh luna nocturna!,
mis dedos te secan
sin una pregunta.
Entonces mis labios
tu nombre murmuran,
y tú me sonríes
con gracia muy tuya.
"...Desde la ventana
yo veo la luna
y abrazo su cuerpo
que irradia ternura..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/01/12
No hay comentarios:
Publicar un comentario