Se me olvidó tu nombre en la memoria
y te perdí de pronto para siempre,
allí quedó marchito en el pasado
y comenzó el otoño de mis sienes.
No pude contener tanta tristeza
y te perdí mi amor, mal que me pese,
tú me dejaste allí, en una playa
jugando con cometas y corceles.
Recuerdo la sonrisa de tus labios,
la mirada perdida entre la nieve,
los rasgos de tu cara tan hermosa
y el temblor de tu pecho tan ardiente.
Pero olvidé tu nombre con el tiempo
y hasta el corazón latió más breve,
pasando luego a la penumbra intensa,
a ese dolor tremendo del ausente.
Mis lágrimas brotaron con el llanto
y sus gotas buscaron los claveles,
las rosas del jardín tan primoroso
que soñamos los dos en tantos jueves.
Un día me encontré con tu cabello
guardado entre mis libros y papeles,
y entonces suspiré como los niños
tratando de saber amor "¿quién eres?"
"...Se me olvidó tu nombre en la memoria
perdido entre los ecos y oropeles,
y un día recordé cuánte te quise
y supe que el amor seguía latente..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/01/12
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