martes, 31 de enero de 2012

DEJAR VOLAR LA IMAGINACIÓN...


Dejar volar la imaginación un instante
y llevarla a una playa desierta
en medio de la inmensidad de la noche.
Allí surge una escena,
una imagen,
un sueño...


De pronto se componen unos versos
y aparece una niña,
una mujer que se queda dormida
entre mis brazos
y, mientras sus ojos se van cerrando,
comienza a sonar una música
y unas piezas de baile
animan el silencio de las olas.


De las sombras surgen las sirenas
que llegan cantando
y hablan de los viajeros,
de los mares que surcaron con sus barcas
y de tantas y tantas aventuras escuchadas
a los marineros en las bordas.


Hay olor a salitre y unas rosas y corales
aparecen en la escena.
Hay un suspiro que se escapa,
una brisa que sopla tenuemente,
una vela que parpadea en la distancia
y es, quizás, la luz de una estrella perdida
la que brilla.


Al final unos brazos se estiran,
unos ojos despiertan,
unos labios palpitan y susurran un nombre...


¡Es mi nombre!,
aunque quizás yo esté soñando.


Rafael Sánchez Ortega ©
30/01/12

No hay comentarios:

Publicar un comentario