Hoy no puedo escribir lo que yo siento,
ni quiero reflejar lo que me pasa.
Comparto con la noche silenciosa
la triste soledad de mi nostalgia.
Comparto los secretos de unos labios
besados en su día para nada,
comparto la ilusión del inocente
que goza su locura sin palabras.
Más sé que tu te acercas y que llegas,
que vienes cada noche a mi ventana,
y tocas con tus manos los cristales
y tiemblas como un lirio en la distancia.
Suspiras y meneas la cabeza,
no sabes en verdad que es lo que pasa,
las letras invisibles de mis versos
te dejan un regusto y mil nostalgias.
Afuera parpadean las estrellas
en medio de una luna que les baña,
no sabes si se abrazan en la noche
la luna y las estrellas encantadas.
Tiritan los rosales por el frío
y duermen los gorriones en las ramas,
se tapan los cipreses con sus mantos
atentos a la brisa tan salada.
Y yo, cual buen actor de la comedia,
evito la tragedia que me aguarda,
retiro los espinos de mi pecho
y escribo los renglones que me faltan.
Y escribo para ti, querida mía,
escribo con mi pluma y con el alma,
más dejo en el tintero muchas penas,
no quiero contagiarte de mis lágrimas.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/03/12
Bellísimo y lleno de amor.
ResponderEliminarAbrazos miles, Rafael.
Gracias Maritza, abrazos también para ti en la noche,
ResponderEliminarRafael
déjate llevar por las palabras pues todo lo saben
ResponderEliminarun abrazo
Cerraré los ojos y dejaré que ellas lleguen a mis oídos.
ResponderEliminarUn abrazo Arena.
Rafael
hay mucha veces que no se puede escribir lo que se siente, esas noches, se escriben otra clase de poemas.Un beso.
ResponderEliminarY otras veces no se tiene nada que escribir, aunque se desearía Pepi B.
ResponderEliminarUn beso,
Rafael