I
Vuelve a mirar atrás, a tu pasado,
y restaña la sangre de tu herida,
intenta resguardar cuanto has soñado
y siente los latidos de la vida.
Más no busques el rostro tan amado,
en la barca que marcha a la deriva,
ni tampoco ese beso tan ansiado
en la fruta del árbol hoy prohibida.
Mira bien, a tu lado, en el poniente
admirando la estrella tan lejana.
Es la estrella que muestra su dulzura
quien susurra en silencio quedamente.
Su palabra es alegre y campechana
y hasta tiene ese toque de ternura.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/03/12
y restaña la sangre de tu herida,
intenta resguardar cuanto has soñado
y siente los latidos de la vida.
Más no busques el rostro tan amado,
en la barca que marcha a la deriva,
ni tampoco ese beso tan ansiado
en la fruta del árbol hoy prohibida.
Mira bien, a tu lado, en el poniente
admirando la estrella tan lejana.
Es la estrella que muestra su dulzura
quien susurra en silencio quedamente.
Su palabra es alegre y campechana
y hasta tiene ese toque de ternura.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/03/12
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