Volabas gaviota amiga
sobre las olas del mar,
como jugando a la comba
en un contínuo zig-zag.
Volabas con el nordeste
en un vuelo singular,
a lo largo de la playa
y sin volver hacia atrás.
Ya de niño te veía
en tu vuelo angelical,
tan coqueta y sugerente
con tu traje peculiar.
Ese gris de tu plumaje,
y ese blanco celestial,
con el pico amarillento,
toda seria y singular.
Y en tus alas me subía
con mi buena voluntad,
para ver a las sirenas
en la playa despertar.
Y contigo paseaba
por un cielo de cristal,
entre nubes y entre sueños,
que brotaban sin cesar.
Volabas gaviota amiga
con tu vuelo original,
y a ese vuelo me invitaban
tus alitas sin chistar.
Volabas como una diosa
entre la brisa y la paz,
volabas con el cariño
de una gaviota de mar.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/03/12
precioso, sencillo, relajante, igual que ver volar las gaviotas sobre el mar
ResponderEliminarun abrazo
Sí, arena, es algo muy bonito y precisamente allí, en ese lugar de la playa, mientras miras las gaviotas puedes dejar volar tus sueños.
ResponderEliminarUn abrazo en la mañana,
Rafael
Que vuelen libres los sueños, si éstos nos regalan vida.
ResponderEliminarAbrazos en la mañana, Rafael.
Que vuelen como las gaviotas Maritza.
ResponderEliminarUn abrazo en la mañana,
Rafael
Un bello poema Rafael.
ResponderEliminarMe ha gustado el haber podido hacer una visita a este espacio suyo, y espero poder pasarme mas veces.
Un saludo. :)
Gracias Eliacim. Puedes pasar cuando quieras que siempre serás bien recibida.
ResponderEliminarUn saludo en la tarde,
Rafael