Me gustaría amarte una noche de invierno
y sentir tus susurros diciendo mi nombre,
pero sé que no estás,
ni me esperas ahora en el lecho.
He pensado que es malo soñar sin saber
que se vive despierto,
que se cuentan las horas que faltan del alba
y también que se suman minutos perdidos
pensando en las olas.
¡Qué locura tan bella es amar
y llamar a quien amas!,
¡qué locura tan necia es querer a la nada
y sentirte arrastrado hasta el fango
por el ancla que ata tus manos!
No se puede vivir en la noche soñando
ni tampoco buscando sirenas que nunca aparecen.
No se puede sentir las campanas silentes del alma,
que nunca resuenan,
ni arranca sus notas la mano invisible
del viento y la brisa.
No se puede querer a los sueños ni amar a un extraño
que llega a tu puerta con bella sonrisa.
¡No se puede mi Amor,
no se puede!
Rafael Sánchez Ortega ©
14/03/12
Los dos primeros versos son una delicia...
ResponderEliminarLocura necesaria es el amor, sin duda alguna. Locura que se anhela y se busca con toda la intensidad de nuestra alma, siempre.
Precioso todo lo que escribes, Rafael.
Abrazos miles.
Locura es el amor en su conjunto que ciega los sentidos. Bendita y maldita locura Maritza, pero está ahí, en nuestro interior, en la persona amada, en pequeños y grandes detalles que se buscan, que se necesitan, que se anhelan...
ResponderEliminarAbrazos también para ti.
Rafael