¡Hola canijo!,
dijiste en un susurro
y sonreí.
Me hacía gracia
oír desde tus labios
este saludo.
Pero sentía
que el alma se llenaba
de gran ternura.
Éramos niños
que estaban despertando
su poesía.
La vida entera
entraba en sus sentidos
con brisa fresca.
¡Hola canija!,
también te contestaba,
¿qué es de tu vida?
Y tu silencio
se unía a mi silencio,
tras el saludo.
Nada pensaban
los locos corazones
de algún futuro.
Solo vivían
el día y el presente
que les tocaba.
Eran sus risas,
trabajos y sus juegos
todo un conjunto.
¡Bella amistad,
cariño entre dos almas,
sin darse cuenta!
Así nacieron,
canija, nuestros sueños
irrealizables.
Hoy ya no importa,
aunque pasan los años,
siguen los sueños.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/10/22
No dejes de soñar Rafael, tu poema me retrotae a la infancia a los amigos de ayer, a los proyectos que nunca logramos realizar, pero la amistad y el cariño nos une aún en la distancia
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Stella.
EliminarUn abrazo.
Siempre en la dulzura de la niñez, preciosos haikus, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGraciias Bea.
EliminarCanija... nunca había escuchado esa palabra. En tus poemas repasamos tu niñez y las costumbres españolas.
ResponderEliminarmariarosa
Es una palabra muy coloquial y familiar, al menos aquí, en el norte María Rosa.
EliminarUn abrazo y gracias.
Canija es muy español al menos en Valencia lo usan mucho, que ternura Rafael.
ResponderEliminarUn abrazo y besitos
Cierto Cora y gracias.
EliminarUn abrazo.
Un adjetivo que se usa con cariño hacia esa persona, independientemente de su estatura , es algo cariñoso. Un poema que denota una amistad verdadera. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarCierto Campirela, así es.
EliminarUn abrazo.
Me sacaste sonrisa, Rafael. Creo que casi todos conocemos a alguien a quien llamamos así. O nos lo llaman.
ResponderEliminarla vida nos va cambiando, pero el poso de la amistad, queda.
Abrazo.
Sí, Verónica, es como dices.
EliminarAbrazo.