Hay "calma chicha",
decía un marinero
en la machina.
La mar en calma
y el viento adormecido
eso indicaban.
"Pero las nubes
anuncian la tormenta
y temporal".
Con sus arrugas
el viejo marinero
profetizaba.
Muchas galernas
pasaron por sus ojos
con este aspecto.
Calma primero,
con viento, de repente,
fuerte de oeste.
Y así empezaba
la orquesta tan odiosa
de la galerna.
Unas en tierra,
con otras en traineras
a él le tocaron.
Fue afortunado,
lo sabe y lo confiesa
con voz quebrada.
Por eso anuncia
la calma tan ficticia
que ahora contempla.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/10/22
Muy bueno Rafael.
ResponderEliminarMi padre decía que si el mar se traga la tormenta, pronto mejora el día, pero si sigue de largo, dura todo el día.
Saludos.
mariarosa.
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Que no sabrán esos marineros del tiempo, ellos miran la mar, observan sus olas y el viento , y vaya que si poco se suelen equivocar.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz resto de tarde.
Es como dices, Campirela.
EliminarUn abrazo en la noche.
Entonces me quedo más tranquila, si te llegan los mensajes aunque sea a spam...
ResponderEliminarBesos.
Gracias Laura.
EliminarBesos.
Que miedo esas tormentas en alta mar
ResponderEliminarLas famosas galernas, Neuriwoman...
EliminarUn abrazo
Esa "calma chicha" es todo un presagio, Rafael. Lo has explicado de maravilla y hemos ido viendo, contigo, la evolución de la galerna. Muy bueno, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz día, poeta.
Gracias María Jesús.
EliminarUn abrazo.
La calma chicha es de temer siempre. Hay historias tremendas sobre ella.
ResponderEliminarLa gente de mar bien lo sabe. Y tú, cántabro y poeta.
Abrazo, Rafael.
Cierto Verónica.
EliminarAbrazo.