Te vas, hermano,
acabas tu paseo
por este mundo.
Y aquí nos dejas,
llorando tu partida
hacia otras tierras.
Siempre se dice
"qué buena es la persona
que ahora nos deja".
Y estas palabras
son ciertas, en tu caso,
y te lloramos.
Aunque seguro
que tú nos reñirías
por nuestras lágrimas.
¡Adiós, hermano!
te digo, y me respondes,
con tu sonrisa.
Y mientras marchas
nos dejas los recuerdos
de tantos ratos.
Días y años,
viviendo y compartiendo
la misma mesa.
Por eso mismo
te robo los recuerdos
y doy la paz.
Cierro los ojos,
me abrazas y te abrazo,
sin despedidas.
Porque te quiero
te llevará, aunque sangre,
mi corazón.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/10/22
Decir adiós siempre cuesta y más cuando es alguien que amas, un hermano es tu otro yo , el que te ha acompañado en tu vida es parte de ti, son tus raíces carnales y eso es doloroso . Has plasmado bien esa partida . Un abrazo.
ResponderEliminarSí, Campirela, es como dices.
EliminarUn abrazo y gracias.
El alma y el amor siempre permanece, me han emocionado tus letras Rafael,
ResponderEliminartanto que me tiemblan las manos al escribirte.
Lo siento mucho, sea ahora o antes su partida :(
Un abrazo enorme
Gracias Cora, es una especie de reflejo sobre un familiar lejano que ha partido.
EliminarUn abrazo y gracias.
Qué duro decir adiós y que bonito lo has hecho en estos versos. ❤❤❤
ResponderEliminarGracias Galilea.
Eliminar