Campanitas de la torre
que sonáis cuando amanece
y vais marcando las horas
sin que nadie os despierte.
Yo ya bajo de mis sueños,
entre montañas y nieve,
y vengo aquí, en la alborada,
con mi cara tan ardiente.
Atrás se quedó la noche
y las nubes con sus pliegues,
y la luna y las estrellas
prendidas en los laureles.
El cabello alborotado
se desliza por mi frente
y ese cuerpo que se viste
tembloroso está de fiebre.
Siguen sonando los cuartos
y la media de las siete
y se acerca ya las ocho
en un tiempo que es muy breve.
Campanitas de la torre
despertad a quien se duerme
y enseñadle los senderos
de jardines y claveles.
Soñarán mientras despiertan,
unos niños con juguetes,
otros niños con la clase
y quizás con los deberes.
Pero el mar está sereno
con su colorido verde;
verde azul, verde esperanza,
verde océano celeste.
Y hacia allí me iré contigo
con remada siempre breve,
mientras doblo las espaldas
y resuenan los toletes.
Aprobar quizás fortuna,
a tentar, tal vez, la suerte,
con azuelos y palangres
y ganar así los peces.
Campanitas de la torre
avisad a los cipreses,
que ya viene por la barra
el abrazo del nordeste.
Esta brisa que palpita
y que besa nuestras sienes,
este aire silencioso
que a los mares oscurece.
Pero llega sin pedirlo
como un soplo simplemente,
como el lazo que nos une
sin cadenas ni grilletes.
Y así suenan las campanas
y los campos reverdecen,
y las horas van pasando
y la tarde se nos viene.
Para entonces cede el viento,
el nordeste ya se duerme,
y los niños se recogen
y las calles enmudecen.
"...Campanitas de la torre
que sonáis y dais las nueve,
dejad ya vuestro sonido
y dormir un sueño alegre..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/10/11
Y las rebeldes campanas
ResponderEliminarno atendieron las razones,
sonando por las mañanas
subidas en sus tacones.
Recorrieron empedrados
caminando las aceras,
pisotearon sembrados
y acabaron con las eras.
Besos, Foncho. me salió 'la ranita', es lindo y pegadizo.