miércoles, 19 de octubre de 2011

QUIEN MEZCLA PAN Y FORTUNA...


Quien mezcla pan y fortuna
no sabe lo que se pierde,
hay prados de color verde
y ranas en la laguna.

Aunque la luz de la luna
nos regale su alegría,
con su danza y armonía;
no se arruga nunca el traje
cuando sale y va de viaje,
ni de noche ni de día.

Pero la luna y el pan
nada tienen en común,
aunque surjan al tuntún
sin timón ni capitán.

Cruza el cielo un cormorán
con plumaje muy mojado,
va a la playa atolondrado
a buscar una caricia,
y al sol pide su caricia
con el rayo acalorado.

Entonces, nuestro poeta,
el que escribe y no da abasto,
el que sueña y es un trasto,
nos escribe en su libreta.

Él nos habla de un cometa
con su cola luminosa,
con la luz que rasga y glosa
esa dulce llamarada,
que palpita con la rosa
y se duerme en la carpeta.

Ya el poema va naciendo,
va surgiendo letra a letra,
como el jugo de una metra
que los dedos van tejiendo.

Y así acaban, sin estruendo,
estos versos mal sonantes,
estas líneas mendicantes
que pedir no piden nada,
sólo acaso una mirada
y unos besos suplicantes.

Rafael Sánchez Ortega ©
19/10/11

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