jueves, 20 de octubre de 2011

QUISIERA QUE EL SONIDO DE ESTA MÚSICA...


Quisiera que el sonido de esta música
llegara a tus oídos
y que penetrara en tu cuerpo haciéndote
estremecer.
Quisiera que las notas del piano
sustituyeran a tu sangre,
para que siguieran la cadencia
y ese baile de la música melodiosa
que se escapa en la noche.
Quisiera que tú la recogieras,
que bebieras esa néctar,
el de estos momentos inolvidables
para que nunca se borre de tu recuerdo.
Quisiera que con la música
sintieras mi cuerpo estrechando a tu cuerpo
y mis labios buscando a los tuyos
para entregarles un beso sincero.
Quisiera tu abrazo y tu cariño
y a la vez, poder tomarte entre mis brazos,
mirar en tus pupilas
y darte mi cariño sin palabras y en silencio.
Quisiera que este sueño no acabara,
que la música continuara sin cesar
desgranando estas notas tan hermosas...


...Pero ahora soy yo el que cierra los ojos,
el que suspira y el que sueña
entre los acordes de esa fuerza mágica
que surge del piano.
Me siento trasportando hacia otras tierras,
a un mundo diferente
y allí te veo y camino a tu lado de la mano.
Cruzamos desiertos y pisamos las arenas de la playa,
subimos montañas y recorremos caminos diversos
entre valles y colinas, con el monte cercano.
Escuchamos la berrea de los corzos y rebecos
y sentimos su llamada en esta noche.
Ese grito tan ahogado de pasión y celos
que desgranan sin cesar.


El torbellino de la música nos envuelve nuevamente
y las piezas suenan y suenan sin cesar,
ofreciéndos, en un amplio repertorio su belleza.
Suspiro y busco tu latido con mi mano.
Toco tu seno palpitante
y mis dedos van hacia tus labios temblorosos.
Los recorro mientras tú también buscas los míos.
Quieres mis labios,
quieres mis besos,
quieres mis manos y yo...


También te quiero, amor.
Te quiero y te deseo
y busco el líquido sagrado de tu fuente
para calmar en ella la pasión que me desborda,
que me ahoga,
mientras escucho de tus labios esa frase:
"Te amo, amor, te amo..."


Rafael Sánchez Ortega ©
20/10/11

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