Compañera de mis sueños
y que lees estas palabras,
ya sé que finges consuelo
para agradar mi jornada.
Me dices que las estrellas
lanzan suspiros y cantan,
mientras el mar se adormece
con sus reflejos de plata.
Arriba brilla, en lo alto,
una luna enamorada,
con su carita redonda
que busca el mar y las aguas.
Compañera que me pides
ese beso que te falta...
...No solo te doy un beso
sino el amor de mi alma.
Porque el amor es un grito,
un susurro que se escapa,
unos labios que suspiran
y una copa que se escancia.
Y es que el amor, niña mía,
es igual que una guitarra,
pues cuando pulsas sus cuerdas
se introduce dentro y habla.
Compañera de mi vida,
ven aquí de madrugada,
con tu vestido gitano,
serás la reina que falta.
Serás la reina que todos,
niños y ancianos reclaman,
y en su febril alegría
te cantarán una nana.
Te contarán sus secretos
como a la reyna de Saba,
y tú serás la princesa
en ese cuento de hadas.
Compañera y niña mía,
que estás en tierra lejana,
no tengas miedo al silencio,
pues el silencio te llama.
Porque el silencio profundo
se quebrará con el alba,
y volverán los olivos
con el tomillo y la jara.
Y volverán para verte
a ti, mi niña adorada,
para leerte mis versos
bajo la luna, en la playa.
"...Compañera de mis sueños,
ven a mí, si tú me amas,
para entregarte mis labios
y ese beso que reclamas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/10/11
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