viernes, 7 de octubre de 2011

ME PROMETISTE LA LUNA...


Me prometiste la luna,
pero llegué y no la veo,
-"¡luna de plata, preciosa,
déjate ver un momento!".

Hay unas olas traviesas
con unos lindos cabellos,
que están llegando a la playa
mientras esperan sus besos.

Y junto a ellas un niño
mira con ojos serenos,
mira a la luna de plata
para pedirle un deseo.

Él quiere ir por los mares
a descubrir los luceros,
a conocer ese mundo
donde se encuentra su abuelo.

Por eso mira a la luna,
por eso lanza este ruego,
-"¡luna, lunita de plata,
llévame a ti, que te quiero!"

Y mientras ruega a la luna
lanza hacia atrás sus recuerdos,
piensa en la barca chiquita
que estaba anclada en el puerto.

Piensa en las manos nerviosas
de aquel febril marinero,
que con su boina calada
contaba viajes y cuentos.

Quizás por eso lo añora,
cuando al bajar del colegio,
siente la voz que le llama
para romper el silencio.

Para traer a su lado
todo ese mar y veleros,
todos los viejos piratas
de tantos ratos intensos.

Porque aquel tiempo precioso
quedó varado un momento,
cuando el abuelo partía
un bajamar hacia el cielo.

Y se marchó sin su barca
para otro puerto más lejos,
para contarle a la luna
las travesuras del nieto.

¡Niño que miras la luna
todo embobado y ajeno,
haz que la luna te mire
para robar su secreto!

Para sentir los latidos
que te mandó un marinero,
mientras hablaba a la luna
y le dejaba sus versos.

"...Me prometiste la luna
con su vestido de enero,
¡luna, lunita de plata
llévame a ti, con mi abuelo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
07/10/11

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