lunes, 26 de marzo de 2012

ME GUSTARÍA...


Me gustaría escuchar de tus labios que me quieres,
que susurras mi nombre por las noches, mientras duermes,
que me busca tu mano en el lecho a pesar de la ausencia,
que palpita tu sangre en las venas
cuando ves al cartero acercarse a tu puerta,
que te quedas pensando y ausente buscando
mi rostro y figura en el fondo del alma.

Me gustaría romper las cadenas
que forman mi vida para ir a tu lado,
para estar mucho tiempo mirando las olas,
para ver al ocaso sin nombre,
que llega y se marcha en la tarde de invierno,
para luego, de noche, salir a mirar las estrellas
y observar ese diálogo sordo en que ellas se hablan,
se cuentan sus cosas y abajo, nosotros,
alzamos la mano intentando cogerlas,
rozar sus guirnaldas de luces variadas,
tocar sus cristales brillantes y hermosos.

Me gustaría que los niños y hombres también te miraran,
sintieran tus besos benditos y nuevos
llamando a la vida,
el grito de seda llegando a tus labios,
la eterna canción de las hadas y gnomos del bosque,
el dulce candor de tu tierna sonrisa.

Me gustaría sentir, y no en sueños, que existes
en mí y en mi vida,
y que abriendo los ojos este sueño prosigue,
porque estás a mi lado,
porque vives conmigo y contigo reposo y habito
y hasta toco tu cara de veras,
sin verdades ocultas,
a la vez que pronuncio tu nombre
y te amo llorando.

Rafael Sánchez Ortega ©
26/03/12

6 comentarios:

  1. Seguramente así será.
    Debes además de soñarla, buscarla, no todos se animan a afirmar dicen "te amo" llorando.
    Gracias.

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  2. hay cosas que nos gustaría, pero que ya sólo podemos tener en sueños.
    Aún así, siempre quedará viva la esperanza y, los versos...

    Saludos

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  3. Gracias por tu visita y comentario Alicia.
    Un saludo en la mañana,
    Rafael

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  4. Quizás es como dices TriniReina, pero al poeta siempre le quedan los sueños y los versos.
    Un saludo,
    Rafael

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  5. algunas veces lo que queremos no se corresponde con la realidad, en cambio cuando sí se corresponde es mejor que soñar

    un abrazo

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  6. Así es, Arena, la eterna dualidad, "realidad-sueño".
    Un abrazo en la noche,
    Rafael

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