II
Desde entonces te miro y te remiro
y acaricio los pliegues de tu cara,
esa fuente sutil, esa alquitara,
que destila los besos que respiro.
Hay en ti la belleza del zafiro,
esa luz reluciente y entreclara,
el aviso fugaz de la almenara
y la paz tan hermosa del retiro.
Yo te escribo catorce luminoso
y te robo el azul de tu alegría.
Un Febrero se muestra esplendoroso
remarcando la fecha de este día.
Ahora quiero ese beso tan meloso,
y la paz de tu bella melodía.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/02/11
Desde entonces te miro y te remiro
y acaricio los pliegues de tu cara,
esa fuente sutil, esa alquitara,
que destila los besos que respiro.
Hay en ti la belleza del zafiro,
esa luz reluciente y entreclara,
el aviso fugaz de la almenara
y la paz tan hermosa del retiro.
Yo te escribo catorce luminoso
y te robo el azul de tu alegría.
Un Febrero se muestra esplendoroso
remarcando la fecha de este día.
Ahora quiero ese beso tan meloso,
y la paz de tu bella melodía.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/02/11
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