A veces, nos conviene recordar,
que somos simplemente unos viajeros,
que vamos en un tren, de pasajeros,
de viaje, por la vida, sin parar.
Un día llegaremos, trar frenar,
al campo de jardines con alberos,
y entonces nuestros pies, tan andariegos,
dirán que es el lugar de descansar.
Veremos que el camino ya no importa,
importa esa caricia tan ansiada,
y el beso que con ella se transporta.
Entonces buscaremos la almohada,
el pecho que nos cuida y no se corta
y el viaje concluirá sin decir nada.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/02/11
que somos simplemente unos viajeros,
que vamos en un tren, de pasajeros,
de viaje, por la vida, sin parar.
Un día llegaremos, trar frenar,
al campo de jardines con alberos,
y entonces nuestros pies, tan andariegos,
dirán que es el lugar de descansar.
Veremos que el camino ya no importa,
importa esa caricia tan ansiada,
y el beso que con ella se transporta.
Entonces buscaremos la almohada,
el pecho que nos cuida y no se corta
y el viaje concluirá sin decir nada.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/02/11
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