No rechaces la rosa que te deja
la mano temblorosa en tu ventana;
la rosa fue tomada tan lozana,
del rosal y el jardín, sin una queja.
Esa mano curtida ya se aleja,
va a buscar otra rosa más cercana,
una rosa nacida muy temprana,
para darte con ella su pareja.
Son dos rosas entonces las que tienes,
esperando la luz de tu mirada,
con un beso enviado sin vaivenes.
No rechaces amor, la luz ansiada,
ni rechaces el beso hacia tus sienes
de las rosas y mano tan amada.
Rafael Sánchez Ortega ©
31/01/11
la mano temblorosa en tu ventana;
la rosa fue tomada tan lozana,
del rosal y el jardín, sin una queja.
Esa mano curtida ya se aleja,
va a buscar otra rosa más cercana,
una rosa nacida muy temprana,
para darte con ella su pareja.
Son dos rosas entonces las que tienes,
esperando la luz de tu mirada,
con un beso enviado sin vaivenes.
No rechaces amor, la luz ansiada,
ni rechaces el beso hacia tus sienes
de las rosas y mano tan amada.
Rafael Sánchez Ortega ©
31/01/11
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