I
Escribo porque el alma grita y quiere
dejar en estas letras su lamento,
el poso del dolor y el sufrimiento
del pecho que suspira y que se muere.
No quiero la oración del berebere,
tampoco la novena del convento,
prefiero la fragancia de tu aliento
cual cáliz que me ofrece un miserere.
Persigo una utopía, una añoranza,
a través de la vida y su calvario.
Más debo de encontrar esa bonanza,
la paz y la consigna en mi diario.
Por eso no he perdido la esperanza
y trato de escribir este breviario.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/02/11
Escribo porque el alma grita y quiere
dejar en estas letras su lamento,
el poso del dolor y el sufrimiento
del pecho que suspira y que se muere.
No quiero la oración del berebere,
tampoco la novena del convento,
prefiero la fragancia de tu aliento
cual cáliz que me ofrece un miserere.
Persigo una utopía, una añoranza,
a través de la vida y su calvario.
Más debo de encontrar esa bonanza,
la paz y la consigna en mi diario.
Por eso no he perdido la esperanza
y trato de escribir este breviario.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/02/11
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