Recuento y miro el tiempo ya pasado,
y veo aquel muchacho decidido
marchando con el cuerpo muy erguido
buscando su tesoro tan ansiado.
La vida con su círculo cuadrado,
la eterna juventud, donde el latido,
dejaba su tic-tac, en el sonido
del pecho juvenil y enamorado.
Hoy llueve lentamente en el invierno
y pienso en esa lluvia tan sagrada.
El beso de su labio tan eterno,
la lluvia tan querida y añorada,
la mano que escribía en el cuaderno
y el precio del amor en tu mirada.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/02/11
y veo aquel muchacho decidido
marchando con el cuerpo muy erguido
buscando su tesoro tan ansiado.
La vida con su círculo cuadrado,
la eterna juventud, donde el latido,
dejaba su tic-tac, en el sonido
del pecho juvenil y enamorado.
Hoy llueve lentamente en el invierno
y pienso en esa lluvia tan sagrada.
El beso de su labio tan eterno,
la lluvia tan querida y añorada,
la mano que escribía en el cuaderno
y el precio del amor en tu mirada.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/02/11
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