Caen los días
y pasan las jornadas
sin darnos cuenta.
Hay muchos nervios,
el tiempo, impredecible,
tampoco ayuda.
Quería verte,
charlar un largo rato,
mirar tus ojos.
Pero en tu casa
hay sombras y silencio
por los rincones.
Nada se mueve,
incluso las ventanas
están cerradas.
Esto me extraña.
y pienso si has salido
a algún recado.
No tengas miedo,
me digo en un susurro,
vendrá enseguida.
Pasa la tarde,
se van las golondrinas
con el verano.
Y mientras tanto,
yo cuento los minutos
que nos separan.
Porque vendrás,
me dicen los latidos
del corazón.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/09/21
Todo es cuestión de esperar....
ResponderEliminarNostálgica poema Rafael.
Saludos.
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Entrañable cuando uno esta enamorado lo cuenta todo precioso amigo, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Bea.
EliminarUn abrazo.
Hay que ver quien espera se desespera, pero que bonita es a veces esa espera. Un buen galimatías ajja. Abrazos.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo en la noche.
Esas hormigas Rafael, hechas versos...
ResponderEliminarMe ha gustado. Gracias..
Gracias a ti, Anton.
EliminarUn abrazo.
La de veces que nos preocupamos por nada.
ResponderEliminarEl protagonista se da cuenta al sentir los latidos.
Abrazo, Rafael.